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lunes, 4 de enero de 2016

Lolei. Memorias de lo inconfesable (23)


CAPITULO
23

A fines de febrero del 64, en su carácter de titular del comité local, Domingo Cavalcanti fue anfitrión de un encuentro con el secretario general de la vicepresidencia de la Nación, Dr. Francisco Monteagudo, que fue acompañado por varios dirigentes partidarios a nivel nacional. Significó, en parte, una reunión familiar, ya que el alto funcionario guardaba un parentesco cercano con su flamante nuera, Lola Monteagudo Tejedor, que había contraído matrimonio con su hijo Lolei en febrero del año anterior. Del agasajo participó la pareja, ocasionalmente de vacaciones en la ciudad.
Por esos días encabezó un encuentro con los diputados nacionales García Puente, Alfonsín y Tróccoli, quienes se aprestaban a participar del acto de proclamación de candidatos del oficialismo.



También participó de la multitudinaria recepción en honor al Dr. Mario Giordano Echegoyen, designado como embajador argentino en la República de Suecia. Entre los asistentes al ágape realizado en el club Mar del Plata estuvieron ministros bonaerenses, legisladores, altos funcionarios, concejales municipales, dirigentes, partidarios de la UCRP, autoridades universitarias y figuras representativas de los sectores del comercio, la banca y la cultura de la ciudad.
Cavalcanti, henchido de orgullo por el cargo diplomático de su gran amigo, ofreció una exaltada demostración de afecto. Luego hicieron lo propio el dirigente local Nicolás Trivissonno y el ministro de Educación de la provincia, Dr. René Pérez. El agasajado recibió numerosas atenciones. Y, muy emocionado, agradeció a todos los presentes los cálidos conceptos dirigidos a su persona.
Lolei reconoció que no prosperaron las gestiones de su padre para obtener una plaza entre la comitiva que acompañaría al delegado al país escandinavo.
-No fue algo que yo solicitara, más bien tiendo a creer que fue una idea que se le ocurrió para acrecentar su orgullo de padre y de político. Hoy creo que, en caso de haber existido concretamente la oferta, no hubiese dudado en aceptarla, aunque mi actualidad y mis prioridades en ese momento fueran otras. Y también creo hoy, si me apurás un poco, que ese ofrecimiento ni siquiera fue real. Lo cierto es que papá siguió sosteniendo su férrea conducta, trabajando a destajo por el partido y por el pueblo marplatense. Su camino a la diputación ya se avizoraba en un horizonte cercano.

La pronta visita de Ricardo Balbín a la ciudad, la primera tras delegar su candidatura y que permitiera la llegada al poder de Illia, lo encontró envuelto en una disputa que terminó en escándalo. Es que desde la Provincia se impulsó una importante reforma en el funcionamiento del Hospital Regional. La medida tuvo amplias repercusiones entre los trabajadores y las partes políticas que la defendían o atacaban. Invitado por Radio Mar del Plata a debatir la cuestión, el presidente del Comité de la UCRP se refirió al decreto de anulación dando su apoyo. En el auditorio estaba sesionando la comisión Pro Defensa de la Reforma, quienes al escuchar los conceptos de Cavalcanti, lo invitaron a participar del debate. El dirigente se negó y se retiró de la sala.
Un grupo de personas, mayormente mujeres, lo siguieron hasta la calle. En medio de imprecaciones e insultos, la discusión se agitó. Cavalcanti realizó un gesto airado hacia los manifestantes y como respuesta recibió una sonora cachetada y un carterazo por la cabeza.
La agresión fue ampliamente repudiada y ocupó un considerable espacio en los medios locales y nacionales. “Protagonizó varias escenas como esas”, volvería a recordar su hijo, sin precisar mayores detalles.


A fines de ese año se concretaba uno de sus proyectos más anhelados, anunciado durante su asunción a la jefatura del partido: la inauguración de la nueva sede del comité, ubicado en San Martín 3784. La construcción del edificio contó con la adhesión de un buen número de partidarios que colaboraron con la adquisición de bonos rescatables emitidos para la ocasión.

Orgulloso, Cavalcanti expresó su deseo de que la nueva sede partidaria contribuyera al total y definitivo afianzamiento del radicalismo, como una obra de inestimable proyección de futuro no sólo para el partido sino además para la ciudad.
La presentación del local coincidió con el lanzamiento de candidatos para las elecciones de marzo del 65, y contó con la presencia de Ricardo Balbín, entre otros destacados dirigentes. Allí se conoció que integraría la lista de postulantes a diputados provinciales por la quinta sección, ocupando el cuarto lugar detrás de Raúl Espondaburu, el también marplatense Ángel Roig y Omar Goñi.
La UCRP marplatense que conducía Cavalcanti encaró una decidida campaña proselitista sustentada en promesas de más educación, salud y obra pública, y el respaldo directo del gobierno provincial de Anselmo Marini y el nacional de Arturo Illia.
Los rivales directos en la contienda eran el Partido Socialista Democrático y la Unión Popular, que se encuadraba en torno del peronismo.  En la UCPR se mostraban confiados por hacer una buena elección, que le permitiera recuperar bancas en el Concejo y dar pelea concreta al Socialismo en el camino a la intendencia.
Los antecedentes a nivel municipal mostraban que el partido oficialista había obtenido un cómodo triunfo en las elecciones comunales del 63, con 42.407 votos, quedando en segundo lugar el voto en blanco –reproduciendo la tendencia a nivel nacional- y la UCRP tercero, con 14.535 sufragios, lo que marcó una considerable diferencia. La directriz, dos años después, no tendría demasiadas variantes.
Las elecciones legislativas del 14 de marzo se efectuaron con absoluta normalidad, dentro de los parámetros de la época. A nivel nacional, la Unión Cívica Radical del Pueblo triunfó en Capital Federal, Santiago del Estero, Santa Fe, Misiones, Chubut y Entre Ríos; los peronistas (emboscados bajo otro nombre) en Buenos Aires, Córdoba, La Pampa, Santa Cruz y el Chaco; los neoperonistas en Río Negro, Neuquén, Tucumán y Salta; los conservadores en Mendoza, Corrientes y San Luís y la UCR bloquista en San Juan.
El total de sufragios dio a la Unión Popular (peronismo, que no le quedó otra alternativa que enmascararse tras un nombre de fantasía) 2.883.528 votos y a los radicales oficialistas 2.724.259.
En la provincia de Buenos Aires, Unión Popular (24) y la UCRP (18) casi monopolizan las bancas, quedándose con 42 de las 46 en disputa; la Unión Cívica Radical Intransigente se quedó con 2 y el Partido Socialista Democrático con otras 2.
En la Quinta Sección, la perteneciente a Mar del Plata, la victoria fue para la UCRP, que obtuvo 98.830 votos, seguido por los 91.436 de la Unión Popular y los 29.890 del Socialismo Democrático. De esta forma, al partido ganador le correspondieron 5 de los 11 lugares disponibles; 4 fueron para la UP y 2 para el PSD. Resultaron electos diputados Raúl Espondaburu, Ángel Roig, Omar Goñi, Domingo Cavalcanti y Pedro Viders por la UCPR; Francisco Vistale, Juan Carlos Savio, Enrique Guerci y José Gómez Acosta por la Unión Popular; y Judit López Faget y Carlos Durán por el partido Socialismo Democrático.
En Mar del Plata hubo sorpresas: fue claro el triunfo del peronismo, encuadrado detrás de la Unión Popular, en un distrito donde la lucha parecía polarizada entre el oficialismo y el radicalismo.
“En el quehacer político siempre hay una historia de lo que se promete hacer y otra historia de lo que se hace. Lo único que queda como saldo es el escepticismo de un pueblo –cuando no se cumple- que sabe que detrás de las palabras declamadas se esconden las obras y las esperanzas frustradas. Por eso la política que actualmente se practica en Mar del Plata por un oficialismo que solo mira, defiende y sirve a su propio interés, se ha convertido para la población en la continua práctica de una demagogia con fines electoralistas. Ahí está el motivo de ese extraordinario triunfo de la ciudadanía marplatense y el porqué la UP polarizó la enorme mayoría de la voluntad ciudadana”. Así explicaba la victoria el concejal electo Eduardo Tesseire, candidato en primer término.
En ese sentido, el diputado electo Cavalcanti, en su carácter de presidente de la UCRP local, destacaba el resultado obtenido: “Confiábamos en un logro favorable, pero los guarismos demuestran que el socialismo democrático ha perdido totalmente su predicamento en esta ciudad. Me siento satisfecho por los resultados y el hecho positivo de haber aumentado en más de 10 mil votos respecto de 1963 y haber superado al socialismo democrático”.
Rodeado de numerosas muestras de afecto y felicitaciones, el futuro se presentaba promisorio para el veterano dirigente radical, tanto en sus aspiraciones partidarias como personales.
El acceso a una banca en la legislatura provincial era un premio a su valerosa trayectoria como hombre público. Su activa participación y sus ideas democráticas lo llevaban a nuevos rumbos, pero con las mismas convicciones.
Sin embargo, la aventura no duraría demasiado.


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(XXIII)
Para: Hugo Cavalcanti Palacios
Academia de Idiomas Gref
Calle Santa Engracia 62 4°
Madrid – España

De: Alan Rogerson
I Bradgate Street
Ashton –II-Lyne
Tameside - Manchester

8 February 1984

Querido Hugo:
Gracias por la tarjeta. Te debo decir que me emocionó. Da las gracias a todos los que firmaron.
Tengo una buena noticia: he conseguido trabajo. El día 27 de abril me marcho para Francia. Voy a trabajar en un camping a 55 kilómetros de Burdeos. Tendré que limpiar los servicios, las duchas, las caravanas antes de que lleguen los turistas. Me van a pagar 600 francos por mes. No es mucho, pero tampoco hago demasiado. Tampoco pago alojamiento ni nada. Además, me pagan el billete de ida y vuelta, pues me quedaré hasta el 16 de septiembre.
Conseguí este trabajo a través de mi sobrina. Cuando termine, me marcharé para España o para Portugal. Lisboa me interesa mucho, hay una English House allí. No sé, pues si tú no estarás en Madrid, ¿para qué volver? Tengo muchos amigos allí, pero si mi mejor amigo no estará, prefiero no ir. De todos modos aún no lo he decidido.
Cuando pienso en ti, en Pepé, en Julio y en toda la gente que conozco en Madrid me dan ganas de volver, pero cuando tengo la cabeza vacía, el corazón me dice que vaya a Lisboa. ¿Cuáles son tus planes? ¿Qué debería hacer? Espero que estés en Madrid. Me dijiste una vez que “lo que no pasa en un año, pasa en un día”. Llevabas razón.
Fíjate si no: hoy conseguí trabajo como cartero. Empiezo el 13, el día de mi cumpleaños. Con este empleo podré ahorrar dinero, pues me pagarán 13.000 pesetas por semana, unas 55.000 al mes. (¡Lo logré a través de un enchufe socialista, que son los mejores!)
También doy clases. Tengo una, que doy a un niño a quien le cuesta leer. Por la ayuda me pagan 900 pesetas por hora. Más adelante daré clases de francés y de castellano, pero sólo a los que tienen nivel bajo.
Dije a todo el mundo que Danny vendría para acá en mi cumpleaños. Le llamé por teléfono y dijo que no vendrá. El médico le pidió que no bebiera, que tendría problemas fatales si sigue bebiendo; el riñón no le va bien y sólo tiene uno. Me puse muy triste cuando oí la noticia. Es una persona cojonuda y lo quiero.
Me voy a despedir. Escríbeme pronto y dime qué harás en el verano. Dime si quieres que escriba a tus padres y por último da mis recuerdos a todos y dales las gracias. Un abrazo muy fuerte de tu amigo que no te olvida
Alan


PS: ¿Por qué no fuiste a Akela? José Luis se va a enfadar contigo. Le caigo muy bien y le habría gustado firmar esta tarjeta. Se ha portado como un padre conmigo y a Berta la considero como una madre. Los dos son “mi familia española”.

lunes, 21 de diciembre de 2015

Lolei. Memorias de lo inconfesable (22)


CAPITULO
22

Ya como presidente del Comité local de la Unión Cívica Radical del Pueblo, cargo al que accedió tras vencer en las internas de ese año, Domingo Cavalcanti se abocó a fortalecer los lazos de unidad en el partido y reafirmó su perfil de candidato a cargos provinciales.
En su actuación como titular del Comité de distrito estrechó los vínculos con distintos sectores vecinales de la zona sudeste de la provincia. Interpuso sus mejores oficios y tramitó la visita del gobernador Anselmo Marini a la localidad de Mechongué, donde se presentaron trabajos destinados a la instalación de energía eléctrica en ese paraje.
En abril del 63 integró la lista de candidatos a diputados provinciales en la interna de la UCRP, que elegía postulantes para los comicios en los que se consagraría la fórmula Illia-Perette para la presidencia de la Nación y a Marini-Lavalle para la gobernación.
El 8 de diciembre se impuso en la interna partidaria que lo consagró presidente del Comité de la UCRP en el partido de General Pueyrredón. Apadrinado por el diputado nacional Giordano Echegoyen, don Domingo encabezó la lista Rosa y obtuvo 1.109, contra los 771 que consiguió la lista Verde, que postulaba a Ángel Roig (h). La lista mayoritaria integró 16 afiliados a la conducción, en tanto la minoría sumó 8. También se eligieron delegados al Comité y a la Convención Nacional, en ambos casos, por la provincia de Buenos Aires.
Momentos después de finalizado el escrutinio, el flamante titular se dirigió a la parcialidad y luego de hacer un llamamiento a la unión, esbozó su programa de acción. En su estilo claro y efusivo, don Domingo manifestó que la lucha entre radicales había terminado. Agradeció la inmensa colaboración de las mujeres que apoyaron a la facción Rosa y, conmovido, dijo llegar a la presidencia del radicalismo bajo una guía e inspiración que sirven de ejemplo: la consagración de Mario Giordano Echegoyen, que jamás claudicó en sus ideales. “La lista Rosa ha triunfado, pero ya no queda más color ni bandera que la del radicalismo”, finalizó.
Lolei invocó aquel triunfo con cierta indiferencia, como si se tratara de un logro menor en una carrera extensa que, sin embargo, seguía siendo promisoria. O como aquellas personas que acostumbradas a los éxitos, van naturalizando cada conquista sucedánea.

Me alcanzó un artículo que narraba aquel acontecimiento y me pidió que lo leyera. Se trataba de una nota del semanario Gente, fechada el 15 de diciembre, que llevaba el simple título de “Amigo de Zabala Ortiz y Lavalle”, con una volanta que anunciaba “Lo votaron las mujeres” y una fotografía a una columna que mostraba al protagonista leyendo un diario.
 “Soy un hombre modesto y este triunfo partidario es el fruto de la labor de muy buenos amigos y por sobre todo radicales, que se han envejecido luchando por esta divisa”, dijo a este semanario don Domingo Cavalcanti, que a los 62 años de edad ha obtenido la jefatura del pueblo de Mar del Plata, en comicios internos, imponiéndose sobre Ángel Roig (h) por 1109 votos contra 771, heredando así el poder político de Mario Giordano Echegoyen, línea unionista de la UCRP.
“Cavalcanti dice de su circunstancial y derrotado adversario que ‘es un hombre capaz e inquieto, con quien he compartido muchos años la acción legislativa en el Concejo Deliberante’. En el alto mando radical tiene sus mejores amigos en el vicegobernador Lavalle, el canciller Zavala Ortiz y los hermanos Leopoldo y Facundo Suárez. ‘Con estos últimos ocupé muchas tribunas para decir a los argentinos un puñado de verdades’.
“Se siente orgulloso de la forma eficiente que trabajó en esta elección interna la mujer radical, cuyos sufragios ‘me dieron la mayor ventaja’ y ante una pregunta afirma que Echegoyen no se retirará de la acción política. ‘Es político por naturaleza. El partido lo necesita y yo me orientaré en su ejemplo y trayectoria para llevar adelante a la UCRP en Mar del Plata’.
“La casa radical es uno de los viejos sueños nuestros que trataré, primordialmente, de hacer realidad. Conseguiremos crédito, haremos reuniones de todo tipo, pero la casa de hará’, dice, y agrega que otras de sus aspiraciones es la instalación de una activa biblioteca que funcione en el partido. Fuera de su actividad política se ocupará de visitar todos los barrios marplatenses para interiorizarse de sus necesidades, especialmente las villas miserias, ‘de tan lamentable contraste con esta pujante y bella Mar del Plata’.
El final de la nota lleva un apartado cuyo título es ‘Maestro y padre’, y resume lo siguiente: “Cavalcanti ejerció la docencia durante 17 años en Oriente, partido de Coronel Dorrego, dejado cesante en 1937 mediante un simple despacho telegráfico. Dice que eso lo favoreció económicamente, pues encaminó su actividad hacia el comercio, instalándose con una oficina inmobiliaria. Tiene tres hijos: uno estudiante de Abogacía, otro que hace la conscripción en la base Naval y una mujer bachiller y empleada. Su esposa, Florentina Palacios, es maestra normal, retirada en 1952. Confiesa que es un mal fisonomista, lo que al parecer no influye en sus éxitos políticos, y antes de terminar el reportaje tiene un buen recuerdo para los periodistas locales, recalcando que es un hombre modesto pero que no puede sustraerse a la satisfacción de haber logrado la presidencia de la Unión Cívica Radical del Pueblo”.
Lolei no emitió ningún comentario después que terminé la lectura. Ni siquiera pareció prestar excesiva atención. Tampoco supo responder cuando pregunté a qué se refería su padre cuando confesaba ser ‘un mal fisonomista’.

Me extendió un nuevo recorte. Es breve, me dijo. Es así de breve: “Para muchos no estaba previsto, pero ocurrió: ganó la lista rosa y en segundo término la verde; unionistas las dos. O casi unionistas, puesto que el primer candidato, don Domingo Cavalcanti, pertenecía a las huestes de Giordano Echegoyen en el orden local y de Zavala Ortiz en el nacional… Los más suspicaces llegaron a hablar de una maniobra sutil, habilidosa, para conseguir, precisamente, ese resultado: mayoría y minoría para quitarse del medio a los verdes de la fracción que en el orden nacional responde a don Ricardo Balbín”.
-Si hay alguna conclusión que puedas sacar de todo esto, te pido que me lo digas-, me comentó el viejo con desgano.
Le dije no tener nada para agregar. Tras un nuevo silencio, me pidió un cigarrillo. Fumó solo, en silencio. Yo seguí revisando papeles, sin hacer comentarios. De pronto habló:
-¿Te estoy aburriendo mucho con toda esta historia?
-No, hombre, ¡es más divertido…! Pues en verdad no es divertida, pero es historia. La historia de tu padre y tu historia. Es lo que hay, ¿no? Si hubiese sido escritor o estrella de rock sería otra cosa, pero se construyó eso y debemos aceptarlo como eso. Nunca está de más refrescar el pasado, ¿no te parece?
-¿Y que tal si hablamos un poco sobre vos, sobre tu historia? Debes tener mucho para contar…
-¡No jodas, cabrón! Que con tu padre nos estamos haciendo una opípara panzada. Mi vida no tiene importancia…
-Algo debes tener interesante para decirme, no seas…
-Mejor me voy. Otro día seguimos. Muero por saber cómo termina todo.
Sin dejarlo hablar le acomodé la cama, apagué la luz grande y huí como rata por tirante.



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(XXII)

Para: Hugo Cavalcanti Palacios
Academia de Idiomas Gref
Calle Santa Engracia 62 4°
Madrid – España

De: Alan Rogerson
I Bradgate Street
Ashton –II-Lyne
Tameside - Manchester

January 25th 1984

Querido Hugo:
Gracias por tu carta. La recibí hace una hora y yo acababa de echar la mía al buzón. Me alegra mucho recibirla. Gracias por las fotos. ¿Quién es ese señor que está de pie detrás de ti? Las he colocado en mi álbum. Son las primeras fotografías del año nuevo, espero que me mandes más.
Lamento lo del accidente; esas cosas ocurren cuando estás borracho. Una vez cogí un pedo con Danny, me caí al suelo y me rompí la cabeza. Paré el tráfico en el túnel que pasa debajo del Támesis para que me llevaran a un hospital. Al día siguiente no recordaba nada. Gracias a Dios llegaste a tiempo al puesto de Socorros.
Lo de José Luis no me extraña nada. Que te haya pedido dinero… es un gilipollas, además de catalán. Berta también está chalada; también, catalana. Un ligue perfecto… Pero te digo una cosa más: cuando vuelva le pagaré el puto dinero que le obsesiona tanto.
Si quieres que escriba a tus padres sólo dímelo y lo haré con mucho gusto. Les diré que eres una de las mejores personas que he conocido. Y les diré que nunca harías una cosa así y que has cambiado mucho. Puedes contar conmigo, lo sabes. Espero que este accidente no haya perjudicado tus posibilidades en tu tierra, si es que vuelves. ¿Me seguirás escribiendo, verdad? Y cuando tengas un buen puesto, ¿me invitarás?
Tampoco me extraña que Ronnie te haya hecho esa guarrada. A Ronnie algo no le va bien en el coco. Si yo hubiera estado en tu lugar habría tenido ganas de romperle la cara, aunque al final seguramente no habría hecho nada. Es la segunda vez que te hace una cabronada, ¿verdad?
Sí, llevas razón. En inglés decimos “to pull the strings” pero en un contexto limitado decimos más bien “I´ve got a friend who works there” y se entiende muy bien. Si hablamos de enchufes y enchufismo, en términos generales, decimos “it’s not what you know, it’s who you knows”. Pero al fin y al cabo llevas razón, también he oído varias palabras o frases tuyas que empleamos aquí, no mucho pero que existen. Aún oí la palabra “derth” pero en sentido económico, la oí una vez en seis meses. Otra vez, palabras que existen pero no solemos utilizarlas.
Hablas de mi diario. Me he puesto a escribir otra vez. Anoche nevó mucho. En Escocia la nieve llega hasta el cuello; en Manchester, hasta los tobillos. Hubo otros muertos anoche, antes hubo doce.
He escrito a Anna Keene, espero que no esté muerta. Porque han dicho que si tragas leche con un tiempo así, se congela en la boca y es como si tragaras piedras. Recemos juntos por ella.
Bueno, escríbeme pronto. Dime si quieres que escriba a tus padres; lo haré con mucho gusto. Un abrazo muy fuerte de tu amigo que no te olvida
Alan


PS: Recuerdos a Pepé, Julio (y José Luis). Perdona mi castellano, pero llevo prisa; he quedado con un amigo a jugar al ajedrez. Y beber unas copas…

lunes, 14 de diciembre de 2015

Lolei. Memorias de lo inconfesable (20)


CAPITULO
20

En el 62, Domingo Cavalcanti festejó sus 60 años rodeado de su familia y un nutrido grupo de amistades –mayormente correligionarios- con una novedad: había sido elegido como precandidato a senador provincial por la UCRP.
La decisión fue adoptada durante una deliberación realizada en Avellaneda, donde se confeccionó la lista de legisladores que competirían en la interna partidaria a realizarse a fines de ese mes. El marplatense ocupaba el tercer lugar en la Quinta Sección, detrás de Juan Pedro Espaudoburu, de Rauch, y Pedro O. González, de Maipú. La lista sería sometida a elecciones internas a fines de ese mes.


Por esos días, se producía la visita al comité local de la UCRP del candidato a vicegobernador bonaerense Fernando Solá, acompañado por el presidente del comité provincial, Emilio Parodi. Se ajustaban detalles de propaganda de cara a los comicios de marzo.
A comienzos de febrero fueron proclamados los candidatos de la UCRP de Mar del Plata, que destacaban a Domingo Cavalcanti para senador en tercer término, los jóvenes Mario Giordano Echegoyen (h) y Ramón Rosas para concejales, y Ángel Roig para intendente, entre otros.
En la asamblea realizada en la sede partidaria de calle San Martín hablaron el presidente de la Junta Electoral César Nivio, el presidente del comité del distrito Nicolás Trivissono, y el diputado nacional Mario Giordano Etchegoyen, quien no reparó en elogios hacia el candidato a gobernador provincial Crisólogo Larralde: “es un hombre del futuro argentino”.



En medio de una esforzada campaña, el candidato a senador se manifestó repetidamente en una discusión en torno al cierre de casas de juego en Mar del Plata, sancionadas por una ordenanza del concejo deliberante por presencia de jóvenes y apuestas de dinero.
Mientras, se hacían sentir fuerte rumores sobre la integración de una lista única de candidatos, promovida a partir del Movimiento Unidad de la UCRP.
En varios círculos internos del partido y en los medios de comunicación locales y nacionales, se destacaba la figura de Cavalcanti por sus probadas condiciones para ocupar el cargo al que se postulaba.
Pero el destino tenía preparado un duro revés. El 23 de febrero se produjo el inesperado fallecimiento del candidato a gobernador, Crisólogo Larralde, mientras daba un discurso de campaña en Berisso. El hecho conmocionó al mundo político. Numerosos dirigentes marplatenses participaron del sepelio en Buenos Aires, y el regreso agregaría un hecho trágico a un panorama ya luctuoso.
Tras las exequias de Larralde, la comitiva se dispuso a almorzar en la localidad de Avellaneda, pero al no conseguir lugar, decidieron emprender el regreso hacia Mar del Plata. Se detuvieron finalmente en Chascomús, donde comieron con el intendente de Maipú, Sr. Elizondo, y el candidato a senador de ese distrito, Pedro González.
Tras la pausa, Roig, Larrauri y Giordano Echegoyen (h) tomaron la posta en su Mercedes Benz, adelantándose para llegar con la debida antelación al comité local, donde esperaban numerosos correligionarios. Detrás partió el Morris conducido por Domingo Cavalcanti, a quien acompañaban los candidatos a concejales Julio José Marceillac y Policarpo Ramírez.
Aproximadamente a las 19.45, sobre el kilómetro 255 de la ruta 2, ya en jurisdicción del partido de Guido, el Morris comandado por don Domingo mordió la banquina y, tras una vana maniobra por recuperar la normalidad del vehículo, se cruzó de carril y volcó aparatosamente, yendo a parar a la banquina.
En esa circunstancia, se abrió el techo corredizo y Ramírez quedó con medio cuerpo fuera del automóvil. Sufrió graves heridas en la cabeza, que le causaron la muerte en forma inmediata, pese a los esforzados auxilios de la gente que se acercó al lugar. Marceillac terminó con una herida leve en la frente y Cavalcanti ileso.
Los compañeros que habían partido en el Mercedes Benz se enteraron de la tragedia cuando arribaron al comité.
Policarpo Ramírez tenía 48 años y había nacido en La Pampa, pero estaba radicado en Mar del Plata desde hacía dos décadas. Las crónicas periodísticas destacaron que Ramírez era entusiasta y capaz, militaba en la Unión Cívica Radical y estaba al frente de un subcomité barrial. Era propietario de una modesta mercería en el barrio Cerrito. También había sido un destacado ajedrecista.
Abiertamente consternado y colmado de condolencias, Cavalcanti continuó con sus actividades y su campaña. Las adversidades no lo detuvieron.
-Las consecuencias de su malestar se trasladaron al ámbito personal-, contaría Lolei, que destacó la capacidad de su padre por desdoblar su conducta en cada ámbito-. La actividad política seguía primando en su vida-, lamentó.
Siguió participando en actos públicos y asistió con frecuencia a reportajes y debates en el canal de televisión local, donde mostró su apoyo a la nueva fórmula Fernando Solá-Emilio Parodi. Esperaba con confianza su triunfo y el de la UCRP.
En las elecciones del 18 de marzo se produjo un resultado inesperado: las victorias peronistas y neoperonistas, que terminarían de dar un golpe de gracia al gobierno radical nacional.
El justicialismo y sus partidos adherentes ganaron 10 de las 14 provincias, incluido Buenos Aires, con el sindicalista Andrés Framini para la gobernación. Este hecho en particular hizo precipitar los acontecimientos y diez días más tarde el presidente Frondizi era apresado por las Fuerzas Armadas y enviado a la isla Martín García.
El triunfo peronista fue desconocido y las provincias fueron intervenidas.
En sus cuatro años de gobierno, Frondizi había sufrido veintiséis planteos militares y seis intentos golpistas que culminaron con el ingreso de ministros ajenos a sus ideales. En su gestión, se había ejecutado el plan Conintes (Conmoción Interna del Estado), por el que los presos por actividades contrarias al orden público podían ser juzgados por tribunales militares. Pero a pesar de este guiño a la constante presión de las tres fuerzas armadas, el presidente fue cediendo a esas convicciones y se aprobó la participación del peronismo proscripto en las elecciones, confiados en que tendría nuevamente el apoyo del partido que le había ayudado a llegar al poder.
El titular del Senado, José María Guido, se hizo cargo de la presidencia. Oscar Allende, que había dimitido del cargo días antes, dejó la gobernación en manos del interventor Emparanza.
Domingo Cavalcanti no obtuvo su banca en el Senado provincial.



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(XX)

Para: Hugo Cavalcanti Palacios
Academia de Idiomas Gref
Calle Santa Engracia 62 4°
Madrid – España

De: Alan Rogerson
I Bradgate Street
Ashton –II-Lyne
Tameside - Manchester

January 3 1984
Hola amigo:
Gracias por tus cartas, la última la recibí hoy, la otra hace una semana. No te escribí antes porque todavía no habías recibido las que escribí hace bastante tiempo. No te preocupes si demoro demasiado, ya me conoces. No es porque no piense en ti, al contrario, lo hago muy seguido. El problema es el de siempre: “buenas intenciones nunca cumplidas”. En Inglaterra, se acostumbra a realizar una promesa cada fin de año, “A New Year Resolutions”; pues esta vez me he prometido escribirte más a menudo, ¿vale?
No sé lo que deberías hacer, a veces es más difícil elegir que no tener las posibilidades. Eso me ha pasado mil veces. Por supuesto quiero que te quedes en España para que estés a mano, pero me doy cuenta, por lo que dices, de que tienes la oportunidad de un buen trabajo. Otra oportunidad, en un futuro, tal vez no la tengas. Es un dilema que sólo tú podrás resolver.
En cuanto a mí, bastantes noticias para darte. Durante las fiestas salí mucho. Me emborraché mucho también. Con mi familia fuimos a una fiesta a casa de una amiga nuestra. Había mucha gente y yo me puse en pedo. Me caí al suelo, vomité en la chaqueta del marido y la representación artística se acabó con una cagada en mis pantalones. ¡Qué vergüenza! Mi madre se puso a llorar. ¡También estaba en pedo, joder! Al día siguiente tuve que dar la cara. Afortunadamente casi nadie se mató en mi cagada.
No te dije en mi última carta que había solicitado empleo en la Banca. Pues ayer me dijeron que no había tenido éxito. Tampoco te dije que si no conseguía este empleo, me marcharía de Inglaterra. Es la verdad, Hugo, me voy a marchar. Se lo dije a mi madre hace unos meses y ya está: me voy.  Sólo quiero conseguir un puesto en el cual pueda trabajar con idiomas, no trabajar en la puta mierda toda mi vida, es decir en una tienda, en una oficina, vendiendo lavadoras o máquinas de escribir. Porque tanto tú como yo queremos our cake and eat it y por eso me voy. Además, como te he dicho, Inglaterra está jodida.
Te dirás, “este tío cambiará de idea”. Pues no, no lo haré. Porque cada semana mi madre va a cambiar a pesetas parte del subsidio de paro que estoy cobrando. Voy a cambiar 10 libras, o sea 2 mil pesetas por semana. Si consigo trabajo cambiaré más. Cuando recibas esta carta tendré unas 4 mil pesetas; no es mucho, pero algo es algo.  Es probable que vuelva a Madrid en septiembre, cuando tenga más dinero y empiecen las clases. No quiero volver allí con el bolsillo vacío. Cuando haya ahorrado lo suficiente le enviaré a Pepé el dinero que le debo.
Bombazo: escribí a Kate Devine. Recibí una carta y parece que me ha perdonado las tonterías que cometí aquella noche. Me invitó a ir a Cambridge, donde trabaja como enfermera. Volverá el día 8 de este mes y saldremos juntos. Me pidió que le mandara tus señas y se las daré. También te daré la foto que me mandó. Tú estás muy chulo, yo muy feo.
Recibí una carta de Josefina. Dale mis recuerdos. También recibí una de Anne Bennet, ¿te acuerdas? Ahora vive en Argüelles y trabaja no sé dónde. Danny me llamó por teléfono cuando estaba hoy en la biblioteca. Mi madre le dijo que volvería para Londres. No estaba contento. Vendrá para aquí el 11 de febrero; el 13 es mi cumpleaños. Tendré 25.
Rob y Jan se casaron. No me invitaron a la boda, me extrañó un poco y no me molestó nada. Tenían mis señas y yo tengo las suyas, viven en Luton, a 50 kilómetros de Londres. Pero no les llamé ni les escribí nada. Si hubiesen querido que fuera me hubieran invitado, ¿no?
Bueno amigo, escríbeme pronto, no bebas tanto. Da mis recuerdos a todos en el bar. Tu amigo que no te olvida, un abrazo muy fuerte
Alan

Lolei. Memorias de lo inconfesable (19)


CAPITULO
19

De vuelta al ruedo como concejal, promediando el 59, Domingo Cavalcanti volvió a ocupar un lugar central en la escena política y mediática local. Ya por entonces, y en medio de disputas por elecciones internas en el seno de las distintas facciones del radicalismo, comenzaba a tomar fuerza la posibilidad de una precandidatura para diputado nacional.
Al mismo tiempo, encumbrados dirigentes se afanaban en lograr la unidad del partido de cara a futuras contiendas. De la mano del diputado nacional Giordano Echegoyen se había logrado una unidad en Mar del Plata, pero que no dejó conformes a todos. Quedaron resabios de la antigua división, que no apoyaban la candidatura del diputado para presidir en comité local.
A principios del 60, Cavalcanti se puso al frente del Movimiento Unificador y encabezó un encuentro a puertas cerradas con delegaciones de distritos vecinos, encuentro que incluyó la presencia de Miguel Angel Ortiz Zavalla, presidente de la Junta Nacional de Unidad Radical.
Pero las gestiones no prosperaron y el radicalismo se debatió en internas para definir candidatos de cara a las elecciones de marzo. Cavalcanti conquistó la minoría, cosechando un interesante caudal de votos.
Sin embargo, la estrategia del partido fue tomando un viraje poco esperado que aumentó las tensiones en los ánimos de la UCR del Pueblo. Y allí el veterano dirigente, una vez más, fue crucial protagonista de la discusión.
A inicios de febrero se realizó una reunión que tuvo como objeto analizar aspectos de la campaña electoral próxima. Se anunciaron algunos hechos sobresalientes: el principal, la visita de Ricardo Balbín para dar el puntapié inicial y la orientación que se le daría a dicha campaña. El eje, en este sentido, radicaba en que no se atacaría a la masa peronista.
De inmediato, el candidato a concejal Cavalcanti se mostró contrario a toda conciliación con el peronismo. A viva voz, detalló que en una reciente reunión en Miramar, se habían impartido órdenes de no atacar a los partidarios del “régimen depuesto”, a lo cual ya había acotado que no aceptaría tales directivas.
A esta posición salió al cruce el secretario de propaganda del comité, Luis Casares, quien replicó que no se trataba de impartir órdenes sino de poner de manifiesto el espíritu de conciliación entre los argentinos que se alentaba desde la UCRP. Agregó que se debía comprender al pueblo peronista y dejar de perseguirlo, pues representaba un sector importante del país, era digno de respeto y de los derechos que la Constitución acordaba para todos los partidos. Y que no debía caerse en el error del gobierno con su política persecutoria. Luego preguntó a Cavalcanti si cuando los conservadores realizaban su política fraudulenta de engaño, de odio y de vergüenza contra los radicales, había protestado como lo hacía ahora con el peronismo. Casares sintetizó el espíritu que campeaba en los círculos dirigentes del radicalismo popular: hay que recapacitar y en vez de orientar esfuerzos en sentido negativo con ataques inconducentes al pueblo, debía criticarse y analizarse la acción dañina del gobierno nacional.
Exaltado, Cavalcanti refutó las acusaciones. Y cuando se discutieron ambos criterios, una mayoría se volcó a favor de Casares, entre otros el concejal Roig y el diputado nacional Giordano Echegoyen.
Cavalcanti anunció que renunciaría a su candidatura a concejal y a su afiliación partidaria, si era necesario. Y se retiró de la sala. Sobre el final del mitin, el diputado nacional Giordano Echegoyen expresó, visiblemente acalorado: “Si es necesario hablar al pueblo peronista para encauzarlo, yo lo haré desde la tribuna. ¡Debemos terminar con los odios y luchar por la pacificación!”.
-Papá era un hombre de convicciones firmes. A veces, más que convicciones parecían caprichos. Era bueno para las arengas, no para el debate. Cuando perdía alguna discusión, en vez de acatar una decisión mayoritaria, propia de una conducta democrática, enseguida cortaba por lo sano, se ofendía y amenazaba con renunciar. Lo hizo montones de veces en la política. Amigos suyos llegaron a contarme más tarde que en realidad no sentía tanto, tanto odio hacia los peronistas. Pero como demócrata íntegro estaba contra toda clase de componendas y no pensaba en claudicar de sus arraigados ideales por unos cuantos presuntos votos. Aún hoy no sé si creerles y cómo interpretar esas palabras-, reconoció Lolei.
Domingo Cavalcanti finalmente no renunció, obtuvo una vez más su banca en el concejo y siguió defendiendo denodadamente sus ideales.
Esto quedó graficado con una anécdota ocurrida en el inicio de sesiones, que es una irrecusable demostración de su talante batallador: “Han comenzado las sesiones en el HCD y ya Don Domingo Cavalcanti, que tiene un genio vivo, puso la primera pica: hay que retirar esos instrumentos de tortura vestigios de la tiranía derrocada en 1955, dijo, refiriéndose a la campana de alarma que un cierto presidente del Concejo colocó precisamente para llamar la atención del brioso concejal radical y ahogar su voz cuando la levantaba a alto tono para enrostrar alguna pellejería. El presidente sonrió socarronamente al oír la protesta de Cavalcanti. Moriondo también sonrió por lo bajo… y los demás concejales, sin decirlo, estaban apoyando la idea del concejal radical”.


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(XIX)

Para: Hugo Cavalcanti Palacios
Academia de Idiomas  Gref
Calle Santa Engracia 62 4°
Madrid – España

De: Alan Rogerson
I Bradgate Street
Ashton –II-Lyne
Tameside - Manchester

Sunday 11 December 1983

Hola amigo:
Hoy es domingo y por fin me he puesto a escribir cartas, siendo la tuya la más importante. Si no las escribo hoy no lo haré hasta la semana que viene, porque salgo los domingos y me cojo unas merluzas que tardo dos o tres días en reponerme. Opino que es mejor escribir antes que empiece la borrachera, ¿verdad?
Aquí ningún cambio; sigo parado y como le pasa a mucha gente, creo que no podré conseguir trabajo. No me hago ilusiones, pero al mismo tiempo no me doy por vencido. ¿Y tú, qué tal las clases? ¿Tiene muchos alumnos? Estoy contento de que ganaras las elecciones en la academia. Tú también debes sentirte orgulloso, campeón cinco años seguidos… ¿batiste récord? Y Vinicio, elegido como el profe más interesante… Pobre Vinicio, es buena persona pero un plomo perdido. Algo debe tener, pues es más exitoso que nosotros con las chavalas. Tal vez porte una polla enorme…
No recuerdo si te lo dije, pero las fotos han sido reveladas. No las tengo ahora, se las envié a Danny y me las devolverá en cuanto las tenga. Te enviaré alguna. Las sacamos en Manchester cuando fuimos de cachondeo. No todas han salido bien. Ya verás la tripa que yo tenía aquel día por la cantidad de cerveza que bebí.
Supongo que pronto habrá fiesta de Mme. Chardy… Sí, amigo, me acuerdo aquella noche, después de la comida nos cogimos una tajada en Akela, yo compré una ronda y todos los demás se fueron sin invitarme. Tú te enfadaste, ¿te acuerdas? También tenías miedo de que llegara borracho, y estaba bien, llegué medio pedo y me puse a eructar a causa de la salsa picante.
Y en Nochevieja tú y yo fuimos a la Puerta del Sol, allí nos cogimos otro pedo y no nos acordamos cómo volvimos para casa. ¡Joder, tío, nos cogíamos unos pedos bien gordos! Pero gracias a ti la pasé bien. Debo darte las gracias por mucho. Te debo tanto porque para mí has sido (y sigues siéndolo) mi mejor amigo. Yo no merecía un amigo como tú, porque quieras o no fui yo quien te empujó al borde de la quiebra. Y si un día me hubieses dicho ‘¡basta!’ ya no me habría quejado, muchas veces no merecía tu amistad. Mucha gente no podría aguantar a una persona como yo. Tú lo hiciste. Gracias por todo, querido amigo.
Acabo de comprar una lata de ‘Do It Yourself Beer’: hierves el agua, pones el líquido y lo dejas. La cerveza es como un niño, tienes que amarla, hablar con ella, protegerla, echarle piropos a medida que se fermenta, y el resultado es una borrachera acojonante. Cada lata contiene 40 pintas, o sea 120 cañas, y la cerveza es dos veces más fuerte que la española. Ha sido una de mis mejores inversiones.
¿Irás a casa de Ronnie en Navidad? Veté allí, tiene un autoservicio cojonudo. Es muy fácil: abres el armario, coges una botella y ya está. Yo lo he hecho y es una maravilla.
He escrito a Pepé y a Josefina. ¿Sigues yendo allí? ¿Por qué no vas al bar Peterson? Caías muy bien a José y a Julio. Además, de vez en cuando ponen música andaluza. A mí no me gusta nada. Esta semana iré a Manchester a ver si consigo la cinta; habrá más posibilidades allá.
Son las 3:30 aquí y se está haciendo de noche. Dentro de 3:30 horas estaré en el pub. Se abre a las 7, a las 8:30 estaré medio en pedo, a las 9:30 en pedo y a las 10:30, pedo gordo. Se cierra a las 10:30, no atienden después de esa hora.
Bueno, amigo, te deseo Merry Xmas and a Happy New Year. I hope next year I’ll be able to see you. I miss you, don’t get too pissed over Xmas. I’ll only be getting pissed because it is my duty to the Fatherland. Take care. Your friend, thinking about you
Alan

PS: Ya son las 4, así que la borrachera empezará dentro de 3 horas. Estoy esperando. No dejo de mirar el reloj.
PS1: Ahora faltan 60 minutos para la borrachera. Son las 6 en punto.
PS2: Ahora faltan 10 minutos para las 7. Me he puesto guapo, con traje, corbata, etc. Te escribiré al volver. Acaba de empezar a nevar. Voy a salir a dar una paliza a los abstemios…
PS3: Lunes a las 2 de la tarde: Anoche obtuve un buen resultado: me cogí un pedo bien gordo. No beberé hasta el domingo que viene. Esta mañana recibí una carta de René; está bien. Me dice que no te ha visto y pregunta por ti. Deberías ir a verlo, se queja porque lleva bastante tiempo sin poder cogerse un pedo, ¡joder!. 

jueves, 26 de noviembre de 2015

Lolei. Memorias de lo inconfesable (13)


CAPITULO
13

Lo que Lolei estaba leyendo era la última carta que le había enviado Mario Browne y me había mostrado esa tarde. La que contaba sobre sus entreveros amorosos. Pero luego había repasado el fragmento en que contaba sobre los incidentes en las elecciones de abril del 54, y sobre todo en donde mencionaba las razzias y la posible detención de su padre.
-No sé si recordás –comenzó-, pero la elección del 25 de abril del 54 tuvo por objetivo ocupar el cargo de vicepresidente de la Nación para acompañar a Perón, que quedó vacante por la muerte de Hortensio Quijano, antes de su asunción. Entonces los principales candidatos fueron el almirante Alberto Tessaire, por el Partido Justicialista, y Crisólogo Larralde, por la Unión Cívica Radical. El militar obtuvo el 63,8% de los votos, contra el 32,2% del radical. Debía ocupar el cargo hasta el 58, pero bueno, ya sabrás cómo siguió esa historia.
La cuestión que le interesaba en esa historia fue lo relacionado a su papá, que naturalmente estaba del lado de la oposición. Domingo Cavalcanti había dejado de ser concejal en el 53, después de haber  sido electo para el cargo en las elecciones del 11 de noviembre de 1951, que pasaron a la historia por ser las primeras que contaron con la participación del voto femenino. Tras dejar ese cargo, su actividad política continuó en crecimiento y fue convirtiéndose en uno de los mayores referentes del radicalismo marplatense.
Ese año, en Mar del Plata se mantuvo la tendencia de gran parte del país y la intendencia quedó en manos del candidato peronista, Olegario Olazar, pese a tener en su contra el hecho de ser bastante desconocido para la ciudad. Pero tuvo a su favor la notable propaganda montada tanto desde la Nación como la Provincia acerca de la labor del partido durante los años de gobierno. 
Domingo Cavalcanti obtuvo uno de los cuatro escaños reservados para los partidos opositores en el Concejo Deliberante, ya que a partir de la reforma de la Ley Electoral, se eliminaba la representación proporcional, por lo cual el partido que reunía el mayor número de votos, se adjudicaba el cargo de Intendente y ocho concejales, reservándose para la minoría solo cuatro bancas. Dos ediles del partido socialista –Mora y Lombardo- y dos de la Unión Cívica Radical –Cavalcanti y Labatut- conformaron esa minoría.
En la primera reunión del Concejo con mayoría peronista, se aprobó el aumento del presupuesto municipal para el año 1952. Don Domingo tuvo una intensa participación en este debate. Luego, el intendente cedió, sin autorización del Concejo, tierras municipales a particulares y se inició un plan de expropiaciones, entre ellas, las del Club Pueyrredón. Los radicales, socialistas y la mitad de la bancada peronista se opusieron a este proyecto, por lo cual el nuevo intendente debió abandonarlo, aunque esto costara la banca a cuatro ediles peronistas. En medio de ese intenso debate, el concejal Cavalcanti presentó una nota en la cual expresaba su posición respecto de la expropiación de bienes impulsada desde el Ejecutivo. La sesión fue acompañada por numerosos simpatizantes. Cuando se procedía a su lectura, crecieron abucheos de parte del público oficialista. La respuesta de la bancada mayoritaria fue celebrada con fuertes aplausos y protestada por los adictos radicales. El mitin fue enfático. La presidencia del Concejo puso fin al debate ahogando con campana de orden la voz del concejal Cavalcanti, siendo eficazmente secundado por el público, que hizo con sus fuertes aplausos lo que la campana no podía. Cerrado el debate, fue rechazada por improcedente la nota de los concejales radicales.
Lolei recordaba que este tipo de exposiciones eran características de su padre. Su trayectoria como hombre público del radicalismo se definió por una ardiente defensa de sus convicciones, de su firmeza democrática. Sin embargo, su drástica posición antiperonista lo llevó a definir como dictadura al gobierno constitucional del general Perón, y los términos de su exacerbado discurso le trajeron más de un problema.
Fue por aquellos días que Domingo Cavalcanti fue detenido y procesado por desacato al presidente de la Nación, tras participar como orador en un acto de campaña del radicalismo. Junto a Mario Giordano Echegoyen (h), también dirigente de la UCR, el entonces concejal fue trasladado a Azul, por disposición del Juez Federal con asiento en esa ciudad.
El propio Giordano Echegoyen le escribió una breve misiva: “Mi querido amigo: Dispénseme la presentación de esta nota y su escritura, pero no se puede pedir más estando aquí. Esperando verlo pronto, le hago llegar mi más absoluta solidaridad en esta causa común en que estamos encaminados, repitiendo con Ricardo Balbín: ‘A veces es necesario que algunos hombres libres y dignos conozcan las cárceles para saber adónde irán luego los delincuentes de la República’. Su amigo, M.G.E. ¡Viva la UCR!”



De acuerdo a las crónicas periodísticas, don Domingo debió ausentarse de Mar del Plata, antes de que concluyera la campaña preeleccionaria para evitar su detención, y finalmente se presentó en el Juzgado Federal de Azul junto a sus abogados, desde donde fue remitido a la cárcel de encausados. Otros artículos señalan que había sido detenido en su domicilio por las fuerzas federales antes de proceder a su traslado. Cavalcanti fue excarcelado bajo fianza días después de su arresto y absuelto de culpa y cargo.

















-Este no sería el único inconveniente sufrido por sus actuaciones políticas-, acotó Lolei.
El viejo me iba narrando la historia de su padre –que sabía a parte de la Historia argentina- con cierto engreimiento, con ínfulas de cronista avezado y testigo privilegiado de los hechos. Hablaba y me pasaba amarillentos recortes periodísticos para que yo pudiera corroborar la veracidad de su versión. A mí me gustaba compartir esos momentos, en parte porque iba conociendo algunos hechos de nuestra historia de primera mano, contada por alguien que había los había contemplado de cerca, aunque mi corazón estuviera en las antípodas del pensamiento del principal protagonista, es decir, su propio padre. Y además me gustaba porque en esas incursiones retrospectivas me hallaba frente a un Lolei impetuoso, de memoria ágil y activa, muy distinto del personaje agonizante y sentenciado a una realidad bastante grotesca que tenía enfrente.
Lolei hablaba y yo lo dejaba hablar.

Hacia finales del año 52, se votó un aumento para el presupuesto del año siguiente. La justificación era el pago de sueldos de gran cantidad de funcionarios y empleados municipales que disponía la Comuna. Al año siguiente la mayoría oficialista autorizó al intendente Olegario Olazar a crear cien puestos municipales más y a derivar dinero del municipio para la construcción de nuevas oficinas en el edificio comunal. También autorizó elevar las tarifas del transporte.
Los mayores problemas comenzaron con la falta de pago de las jornadas laborales y horas extras por parte del ejecutivo municipal. El personal de limpieza, apoyado por la CGT peronista, amenazó con ir a la huelga y pidió la renuncia del intendente. También las juntas vecinales reclamaron por los altos precios de los pavimentos y la poca flexibilización en los plazos de pago, fijados en los contratos de construcción.
En septiembre, Olazar presentó su renuncia, aunque la misma no se hizo efectiva inmediatamente. Los mismos peronistas no hallaban consenso en nombrar su reemplazante. Intervino entonces la Provincia, designando como Comisionado municipal al Dr. José M. Carbusiero.
Con este contexto se llegó a las elecciones del 25 de abril de 1954.
En el oficialismo existían fuertes divergencias entre sus distintas facciones. Incluso el propio comisionado Carbusiero sufrió un atentado cuando balearon su automóvil, camino a Buenos Aires. Esto determinó que el Poder Ejecutivo provincial diera por concluidas las funciones del comisionado, intentando poner término al enfrentamiento del peronismo local. El nuevo comisionado fue Eduardo Manuel Teisaire, que estaba como interventor en Luján.
La nueva autoridad municipal proyectó la federalización de Mar del Plata y la posibilidad de que el propio gobierno nacional tuviera su asiento allí, durante el período estival. El constante crecimiento de la burocracia municipal impedía la concreción de nuevas obras públicas o el mejoramiento de los servicios públicos. El radicalismo, que ya empezaba a mostrar sus diferencias internas, se unía sin embargo para dar batalla a las acciones del gobierno de turno.
También los conflictos se acentuaban dentro del peronismo. En una primera etapa, el gobernador Domingo Mercante elegía a los comisionados entre aquellos hombres que podían conciliar posiciones con la oposición. 
Durante la gobernación de Carlos Aloé, los comisionados eran aquellos hombres que habían demostrado ser más "peronistas". Sus apoyos locales se registraban entre los sindicalistas o entre los grupos más populares. Las disputas entre las facciones que apoyaban uno y otro accionar atentaron contra el propio peronismo y también contra la ciudad.
Otro tipo de conflictos que debió enfrentar Perón con sectores tradicionales o con nuevos adversarios, se dejaron sentir en Mar del Plata. En la disputa con la Iglesia Católica, las religiosas del Asilo Unzué fueron reemplazadas por empleados de ambos sexos enviados desde Buenos Aires. Esta medida fue vista con desagrado por el vecindario marplatense, que responsabilizaba al gobierno municipal. Incluso se armó una marcha en la plaza Eva Perón para desagraviar a la bandera nacional y a la figura de Evita.
Eso ocurrió unos días antes del sanguinario bombardeo en Buenos Aires.
-Ahí sí que se la mandaron-, resumió Lolei.




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(XIII)

Para: Hugo Cavalcanti Palacios
Academia de Idiomas Gref
Calle Santa Engracia 62 4° (Barrio de Chambery)
Madrid – España

De: Alan Rogerson
61 Adams Gardens Est.
Rottherhithe
London – England

Saturday 16 Sept 1983

Amigo:
Gracias por tu carta, la recibí hace tres días. Espero que vayas bien; yo, regular. He encontrado otra vez a mis amigos en el Partido Laborista y se han portado muy bien conmigo. Gracias a ellos tengo la posibilidad de un piso y de trabajo. Además, me he metido otra vez en la política. Desgraciadamente, para conseguir un piso tengo que quedarme en un hostal para homeless (los ‘sin hogar’). No es imprescindible que me quede allí, pero facilita la cosa.
Hugo, esto es la miseria: vagabundos, alcohólicos, drogadictos. Es la pobreza. Me desperté un día y recé por estos tíos. Cuando veo a gente viviendo como vive tu familia, Hugo, me enfado. No es justo que haya gente viviendo como reyes y mucha más viviendo como la mierda. Ya lo sé, no es tu culpa ni de tu familia, sólo digo que debemos hacer algo por los pobres y la clase tuya para conservar sus privilegios impide que hagamos algo. Vale, amigo, basta de política. Ya verás que estoy metido otra vez…
Te dije en otra carta que esos hijos de la gran puta iban a intentar joderte, ¿no? Les hace falta una hostia, una buena paliza. Lo siento con las clases de la familia Lobarto, pero al menos te quedan las de Fernando y las del Señor G.
Yo sigo solicitando trabajo y pienso que lo voy a conseguir. Ahora, para sacar unas pelas, trabajo en una cocina lavando platos. No saco mucha pasta, pero como el mismo tiempo cobro subsidio de paro, no ando tan mal. Además, he puesto fin a estas parrandas. Cuando vi a Danny salimos tres días consecutivos. ¡Joder, tío, qué borracheras! En tres días gastamos casi 13.000 pesetas en los bares, dimos una paliza gorda a los abstemios, esa gente que sigue pudriendo la sociedad.
Desde entonces no he salido. He ahorrado dinero. Sólo salgo los domingos. Hoy es sábado, igual voy a salir. Voy a tomar anfetas (¡ojalá!) y a volar con la ayuda de unos seis litros de cerveza.
Da mis recuerdos a todos, más que a nadie a Pepé. Dile que me perdone por la deuda. Le voy a escribir y cuando tenga la pasta se la mandaré. Dile que he estado muy ocupado últimamente. Nunca me voy a olvidar de él, se portó muy bien conmigo, le quiero mucho. Volveré a Madrid algún día, a veros a todos. Pero sobre todo a ti, Hugo.
Ahora me voy a matricular en un colegio, voy a estudiar portugués y a repasar español y francés. Me cobran 200 pesetas al año porque estoy parado. Estudio por las tardes, lo juro.
“Bombachitas”, no voy a caer en los mismo errores que antes. Si consigo un buen trabajo y ahorro pasta para pagar el billete Buenos Aires-Londres, puedo ir a tu país cuando estés allí. Es algo para el futuro. Un sueño. Y a mí me gusta soñar.
Da mis recuerdos a los melones de Josefina; dile que me mande tres toneladas de leche, que tengo sed. No, en serio, dale mis saludos, dile que le escribiré pronto. Te doy un abrazo muy fuerte y espero tu carta

Alan