CAPITULO
22
Ya
como presidente del Comité local de la Unión Cívica Radical del Pueblo, cargo
al que accedió tras vencer en las internas de ese año, Domingo Cavalcanti se
abocó a fortalecer los lazos de unidad en el partido y reafirmó su perfil de
candidato a cargos provinciales.
En
su actuación como titular del Comité de distrito estrechó los vínculos con
distintos sectores vecinales de la zona sudeste de la provincia. Interpuso sus
mejores oficios y tramitó la visita del gobernador Anselmo Marini a la
localidad de Mechongué, donde se presentaron trabajos destinados a la
instalación de energía eléctrica en ese paraje.
En
abril del 63 integró la lista de candidatos a diputados provinciales en la
interna de la UCRP, que elegía postulantes para los comicios en los que se
consagraría la fórmula Illia-Perette para la presidencia de la Nación y a
Marini-Lavalle para la gobernación.
El
8 de diciembre se impuso en la interna partidaria que lo consagró presidente
del Comité de la UCRP en el partido de General Pueyrredón. Apadrinado por el
diputado nacional Giordano Echegoyen, don Domingo encabezó la lista Rosa y
obtuvo 1.109, contra los 771 que consiguió la lista Verde, que postulaba a
Ángel Roig (h). La lista mayoritaria integró 16 afiliados a la conducción, en
tanto la minoría sumó 8. También se eligieron delegados al Comité y a la
Convención Nacional, en ambos casos, por la provincia de Buenos Aires.
Momentos
después de finalizado el escrutinio, el flamante titular se dirigió a la
parcialidad y luego de hacer un llamamiento a la unión, esbozó su programa de
acción. En su estilo claro y efusivo, don Domingo manifestó que la lucha entre
radicales había terminado. Agradeció la inmensa colaboración de las mujeres que
apoyaron a la facción Rosa y, conmovido, dijo llegar a la presidencia del
radicalismo bajo una guía e inspiración que sirven de ejemplo: la consagración
de Mario Giordano Echegoyen, que jamás claudicó en sus ideales. “La lista Rosa
ha triunfado, pero ya no queda más color ni bandera que la del radicalismo”,
finalizó.
Lolei
invocó aquel triunfo con cierta indiferencia, como si se tratara de un logro
menor en una carrera extensa que, sin embargo, seguía siendo promisoria. O como
aquellas personas que acostumbradas a los éxitos, van naturalizando cada
conquista sucedánea.
Me
alcanzó un artículo que narraba aquel acontecimiento y me pidió que lo leyera.
Se trataba de una nota del semanario Gente, fechada el 15 de diciembre,
que llevaba el simple título de “Amigo de Zabala Ortiz y Lavalle”, con una
volanta que anunciaba “Lo votaron las mujeres” y una fotografía a una columna
que mostraba al protagonista leyendo un diario.
“Soy un hombre modesto y este triunfo
partidario es el fruto de la labor de muy buenos amigos y por sobre todo
radicales, que se han envejecido luchando por esta divisa”, dijo a este
semanario don Domingo Cavalcanti, que a los 62 años de edad ha obtenido la
jefatura del pueblo de Mar del Plata, en comicios internos, imponiéndose sobre
Ángel Roig (h) por 1109 votos contra 771, heredando así el poder político de
Mario Giordano Echegoyen, línea unionista de la UCRP.
“Cavalcanti
dice de su circunstancial y derrotado adversario que ‘es un hombre capaz e inquieto,
con quien he compartido muchos años la acción legislativa en el Concejo
Deliberante’. En el alto mando radical tiene sus mejores amigos en el
vicegobernador Lavalle, el canciller Zavala Ortiz y los hermanos Leopoldo y
Facundo Suárez. ‘Con estos últimos ocupé muchas tribunas para decir a los
argentinos un puñado de verdades’.
“Se
siente orgulloso de la forma eficiente que trabajó en esta elección interna la
mujer radical, cuyos sufragios ‘me
dieron la mayor ventaja’ y ante una pregunta afirma que Echegoyen no se
retirará de la acción política. ‘Es político por naturaleza. El partido lo
necesita y yo me orientaré en su ejemplo y trayectoria para llevar adelante a
la UCRP en Mar del Plata’.
“La
casa radical es uno de los viejos sueños nuestros que trataré, primordialmente,
de hacer realidad. Conseguiremos crédito, haremos reuniones de todo tipo, pero
la casa de hará’, dice, y agrega que otras de sus aspiraciones es la
instalación de una activa biblioteca que funcione en el partido. Fuera de su
actividad política se ocupará de visitar todos los barrios marplatenses para
interiorizarse de sus necesidades, especialmente las villas miserias, ‘de
tan lamentable contraste con esta pujante y bella Mar del Plata’.
El
final de la nota lleva un apartado cuyo título es ‘Maestro y padre’, y resume
lo siguiente: “Cavalcanti ejerció la docencia durante 17 años en Oriente,
partido de Coronel Dorrego, dejado cesante en 1937 mediante un simple despacho
telegráfico. Dice que eso lo favoreció económicamente, pues encaminó su
actividad hacia el comercio, instalándose con una oficina inmobiliaria. Tiene
tres hijos: uno estudiante de Abogacía, otro que hace la conscripción en la
base Naval y una mujer bachiller y empleada. Su esposa, Florentina Palacios, es
maestra normal, retirada en 1952. Confiesa que es un mal fisonomista, lo que al
parecer no influye en sus éxitos políticos, y antes de terminar el reportaje
tiene un buen recuerdo para los periodistas locales, recalcando que es un
hombre modesto pero que no puede sustraerse a la satisfacción de haber logrado
la presidencia de la Unión Cívica Radical del Pueblo”.
Lolei
no emitió ningún comentario después que terminé la lectura. Ni siquiera pareció
prestar excesiva atención. Tampoco supo responder cuando pregunté a qué se
refería su padre cuando confesaba ser ‘un mal fisonomista’.
Me
extendió un nuevo recorte. Es breve, me dijo. Es así de breve: “Para muchos
no estaba previsto, pero ocurrió: ganó la lista rosa y en segundo término la
verde; unionistas las dos. O casi unionistas, puesto que el primer candidato,
don Domingo Cavalcanti, pertenecía a las huestes de Giordano Echegoyen en el
orden local y de Zavala Ortiz en el nacional… Los más suspicaces llegaron a
hablar de una maniobra sutil, habilidosa, para conseguir, precisamente, ese
resultado: mayoría y minoría para quitarse del medio a los verdes de la
fracción que en el orden nacional responde a don Ricardo Balbín”.
-Si
hay alguna conclusión que puedas sacar de todo esto, te pido que me lo digas-, me
comentó el viejo con desgano.
Le
dije no tener nada para agregar. Tras un nuevo silencio, me pidió un
cigarrillo. Fumó solo, en silencio. Yo seguí revisando papeles, sin hacer
comentarios. De pronto habló:
-¿Te
estoy aburriendo mucho con toda esta historia?
-No,
hombre, ¡es más divertido…! Pues en verdad no es divertida, pero es historia.
La historia de tu padre y tu historia. Es lo que hay, ¿no? Si hubiese sido
escritor o estrella de rock sería otra cosa, pero se construyó eso y debemos
aceptarlo como eso. Nunca está de más refrescar el pasado, ¿no te parece?
-¿Y
que tal si hablamos un poco sobre vos, sobre tu historia? Debes tener mucho
para contar…
-¡No
jodas, cabrón! Que con tu padre nos estamos haciendo una opípara panzada. Mi
vida no tiene importancia…
-Algo
debes tener interesante para decirme, no seas…
-Mejor
me voy. Otro día seguimos. Muero por saber cómo termina todo.
Sin
dejarlo hablar le acomodé la cama, apagué la luz grande y huí como rata por
tirante.
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(XXII)
Para: Hugo Cavalcanti
Palacios
Academia
de Idiomas Gref
Calle
Santa Engracia 62 4°
Madrid
– España
De: Alan Rogerson
I Bradgate Street
Ashton –II-Lyne
Tameside - Manchester
January 25th 1984
Querido Hugo:
Gracias
por tu carta. La recibí hace una hora y yo acababa de echar la mía al buzón. Me
alegra mucho recibirla. Gracias por las fotos. ¿Quién es ese señor que está de
pie detrás de ti? Las he colocado en mi álbum. Son las primeras fotografías del
año nuevo, espero que me mandes más.
Lamento
lo del accidente; esas cosas ocurren cuando estás borracho. Una vez cogí un
pedo con Danny, me caí al suelo y me rompí la cabeza. Paré el tráfico en el túnel
que pasa debajo del Támesis para que me llevaran a un hospital. Al día
siguiente no recordaba nada. Gracias a Dios llegaste a tiempo al puesto de
Socorros.
Lo
de José Luis no me extraña nada. Que te haya pedido dinero… es un gilipollas,
además de catalán. Berta también está chalada; también, catalana. Un ligue
perfecto… Pero te digo una cosa más: cuando vuelva le pagaré el puto dinero que
le obsesiona tanto.
Si
quieres que escriba a tus padres sólo dímelo y lo haré con mucho gusto. Les
diré que eres una de las mejores personas que he conocido. Y les diré que nunca
harías una cosa así y que has cambiado mucho. Puedes contar conmigo, lo sabes.
Espero que este accidente no haya perjudicado tus posibilidades en tu tierra,
si es que vuelves. ¿Me seguirás escribiendo, verdad? Y cuando tengas un buen
puesto, ¿me invitarás?
Tampoco
me extraña que Ronnie te haya hecho esa guarrada. A Ronnie algo no le va bien
en el coco. Si yo hubiera estado en tu lugar habría tenido ganas de romperle la
cara, aunque al final seguramente no habría hecho nada. Es la segunda vez que
te hace una cabronada, ¿verdad?
Sí,
llevas razón. En inglés decimos “to pull the strings” pero en un contexto
limitado decimos más bien “I´ve got a friend who works there” y se entiende muy
bien. Si hablamos de enchufes y enchufismo, en términos generales, decimos
“it’s not what you know, it’s who you knows”. Pero al fin y al cabo llevas
razón, también he oído varias palabras o frases tuyas que empleamos aquí, no
mucho pero que existen. Aún oí la palabra “derth” pero en sentido económico, la
oí una vez en seis meses. Otra vez, palabras que existen pero no solemos
utilizarlas.
Hablas
de mi diario. Me he puesto a escribir otra vez. Anoche nevó mucho. En Escocia
la nieve llega hasta el cuello; en Manchester, hasta los tobillos. Hubo otros
muertos anoche, antes hubo doce.
He
escrito a Anna Keene, espero que no esté muerta. Porque han dicho que si tragas
leche con un tiempo así, se congela en la boca y es como si tragaras piedras.
Recemos juntos por ella.
Bueno,
escríbeme pronto. Dime si quieres que escriba a tus padres; lo haré con mucho
gusto. Un abrazo muy fuerte de tu amigo que no te olvida
Alan
PS:
Recuerdos a Pepé, Julio (y José Luis). Perdona mi castellano, pero llevo prisa;
he quedado con un amigo a jugar al ajedrez. Y beber unas copas…
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