CAPITULO
18
Ese
año, el 58, la cosa fue cambiando para Lolei, para su familia, para el país. Ya
desde temprano los estudios fueron cediendo lugar a otras actividades que no
estaban en los planes. Si bien es cierto que progresó en el inglés, no logró
enlazar el mismo interés en la facultad. Sí a través de la universidad ensayó
un tibio acercamiento a la militancia política, a través de la Unión
Universitaria, que hizo su estreno ese año ganando las elecciones del centro de
estudiantes de la facultad de Derecho.
La
agrupación, liderada por Sergio Karakachoff, reunía militantes de varias
facciones y apoyaba al candidato de la UCR del Pueblo, Ricardo Balbín, que
había perdido en febrero las elecciones presidenciales con Arturo Frondizi, de
la UCR Intransigente. En ese espacio militaba el nieto de Balbín, Enrique, gran
amigo de Karakachoff.
Lolei
contó que llegó a tener una estrecha relación con ambos, pero el vínculo no
traspasó los términos políticos.
No
llegó a ser como su padre, un ferviente representante de la UCR del Pueblo y
apasionado defensor de una política que buscaba desperonizar el país con
métodos represivos. Tampoco defendió a viva voz la actuación del gobierno
militar de la Revolución Libertadora.
En
la Unión Universitaria, de tendencia antiperonista, había socialistas,
anarquistas e independientes, aunque la mayoría eran radical y fuertemente
opositora también al gobierno de Frondizi.
A
fines de 56, Frondizi, presidente del Comité Nacional de la UCR, había
propuesto declarar un candidato a presidente de la Nación que pusiera presión
al gobierno militar para convocar a elecciones. La moción fue apoyada por la
mayoría del Movimiento de Intransigencia y Renovación (MIR) y aprobada por la
Convención Nacional reunida en Tucumán, que nominó a Arturo Frondizi como
candidato de la UCR a presidente de la Nación, acompañado por Alejandro Gómez.
Frente
a esa decisión, los sectores balbinistas del MIR, que se habían opuesto a
nominar un candidato sin recurrir al voto directo de los afiliados, se
separaron del Comité Nacional y constituyeron otro Comité Nacional presidido
por Crisólogo Larralde, con el nombre de Unión Cívica Radical del Pueblo
(UCRP).
Por
su parte el sector frondizista, que contaba con importante presencia juvenil,
tomó el nombre de Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI).
La
UCRI definió un programa inspirado en la Declaración de Avellaneda, con nuevos
componentes industrialistas que irían dando forma a su adhesión al
desarrollismo.
La
UCRP se identificó más claramente con la Revolución Libertadora, y convocó a
elecciones internas para definir los candidatos por el voto directo, en las que
se impuso Ricardo Balbín, acompañado de Santiago H. del Castillo y venciendo al
unionismo tradicional que impulsó la fórmula Zavala Ortiz-Sanmartino.
En
1957, el gobierno convocó a una convención constituyente, como paso previo a
las elecciones nacionales para elegir nuevo Presidente y el resultado más
significativo fue la eliminación de la Constitución de 1949 en virtud de una
Proclama del 27 de abril de 1956, que estableció la vigencia de la Constitución
de 1853, ratificada por la Convención Constituyente de 1957.
Con
el peronismo proscripto, el triunfo fue para la Unión Cívica Radical del
Pueblo, que obtuvo 2.117.160 votos contra la Unión Cívica Radical
Intransigente, que obtuvo 1.821.459. Pero debido a que los votos en blanco no
se computaron, pocos repararon en las consecuencias políticas del hecho de que
las personas que votaron en blanco (2.119.147) superaron al partido más votado,
la UCRP. La mayor parte de esos votos en blanco provenían de peronistas, cuyo
partido había sido ilegalizado.
El
23 de febrero de 1958 se realizó la elección para presidente. Los dos
principales candidatos eran radicales: Arturo Frondizi (UCRI) y Ricardo Balbín
(UCRP). Los votos de la población que adhería al peronismo se volcó francamente
en favor de Frondizi –tras un pacto hecho con el exiliado ex presidente Perón,
pacto que Frondizi terminaría “traicionando”-, quien triunfó con 4.049.230
votos, y en todas las provincias, contra 2.416.408 votos que obtuvo Balbín. En
la provincia de Buenos Aires la gobernación quedó para Oscar Alende, de la
UCRI, y la intendencia de Mar del Plata fue una vez más para el socialista Teodoro
Bronzini, que se mantendría en el cargo hasta 1963.
Fue
un duro revés del radicalismo marplatense –teniendo en cuenta que el Partido
Socialista logró la intendencia y la mayoría de las bancas en el concejo- que
profundizó la división en los varios bandos del partido.
El
1 de marzo de ese año Domingo Cavalcanti presentó su renuncia como miembro de
la Unión Cívica Radical del Pueblo del partido de General Pueyrredón, pero la
dimisión fue rechazada por una Comisión Especial de 15 miembros, conformada
especialmente para tratar el asunto.
En
mayo de ese año, el ex concejal fue agasajado por un grupo de correligionarios
por su destacada labor en el partido. El homenaje consistió en una cena
realizada en el restaurante ‘La Revoltosa’ y en su transcurso le fue entregado
un pergamino recordatorio firmado por todos los presentes. José Ravanelli, en
representación de los asistentes, trazó a grandes rasgos la personalidad
política del agasajado, destacando su permanente lucha al servicio de la
libertad y la democracia.
Vivamente
emocionado, Cavalcanti agradeció con oportunos conceptos el testimonio de
afecto ofrecido por sus amigos y correligionarios, señalando su disposición
futura al servicio de los ideales de toda su vida.
El
decidido retorno al terreno político del veterano dirigente cobraba un nuevo
impulso y sus apariciones públicas eran subrayadas con cálidas muestras de
aprobación. En un acto de reafirmación y desagravio al general San Martín,
organizado por el Movimiento Cívico Revolucionario y la Junta de Acción Civil,
don Domingo puso nuevamente en relieve, en vivo discurso, la destacada
actuación de la Revolución Libertadora en pos de la recuperación de la libertad
del pueblo. Los nombres de Aramburu y Rojas fueron aplaudidos y vivados en cada
mención. Hizo alusiones a la actuación de la prensa, que le valieron una
encendida respuesta del periodista del diario capitalino La Nación,
Roberto Barili.
Las
disidencias domésticas en el radicalismo tenían su correlato en la moderada
participación que Lolei había iniciado como seguidor de la Unión Universitaria
en la facultad de Derecho de La Plata. Su oposición al modelo frondizista los
llevó a sostener una estrategia, que era impulsar en cada facultad una
alternativa de grupos de izquierda, con diferentes nombres. ADER en Medicina o
Impulso en Humanidades, por ejemplo, contribuyeron a la Unión a ganar varias
elecciones estudiantiles y, un par de años más tarde, posibilitarle la llegada
a la presidencia de la Federación Platense de Estudiantes.
Invitado
por las huestes de Karakachoff, Lolei también se acercó al comité de los
radicales del pueblo platenses, bastión de Balbín en la ciudad. Pero la
proximidad fue efímera. A su flojo desempeño como estudiante, se añadió el
ingreso al ministerio de Hacienda y Economía y Previsión de la Provincia, con
el cargo de Inspector. Sería su primer trabajo formal de los varios que tuvo en
dependencias oficiales.
Ese
año en la facultad rindió sólo una materia, Derecho Procesal, y fue aplazado.
Se imponía un impasse que lo haría dilatar el curso de su carrera por varios
años.
-Cuando
entré en el ministerio me aboqué de lleno al trabajo. No era una tarea
agradable-, recordaba mientras compartíamos un vino en una fría noche de
agosto-. Ser inspector te obligaba a realizar controles en los comercios, en
oficinas, en negocios de muchos barrios. Y no siempre se recibía un buen trato
de parte de la gente. Pero ganaba un sueldo modesto que me alcanzaba para mis
gastos, sumados a lo que recibía de mi familia. Ya había empezado a dejar de
lado la carrera, en parte porque estaba distraído con otras cuestiones y no
tenía ánimo para estudiar. Aunque me gustaba ir a la facultad, donde se vivía
una ferviente agitación política. Sumarme a la Unión, de la mano del Ruso
Karakachoff, me permitió conocer a mucha gente valiosa y resuelta, con fuertes
convicciones. Pero también con grandes diferencias, porque había anarquistas,
socialistas, y hasta algunos peronistas. Se debatía por un proyecto de
unificación que hiciera frente a la postura oficial. Lo mismo pasaba en el
partido radical, donde participé de algunas reuniones. Mi papá veía con buenos
ojos mi acercamiento al partido del cual él era firme militante. Se emocionó
mucho cuando le conté que había estado reunido con el Chino Balbín, e incluso
me pidió que le enviara sus saludos y sus respetos. Pero después no lo vi más,
porque me alejé del ambiente y también de la universidad. Tuve una fuerte
discusión con un compañero y casi terminamos a las trompadas. Si bien todos actuábamos
como antiperonistas, tanto odio incontrolado y exacerbado hacia el peronismo me
estaba despertando dudas. No lograba entender que para combatir una tiranía,
los sectores que defendían a ultranza la libertad y la democracia también
defendieran a un gobierno que perseguía, detenía y fusilaba opositores. Y hasta
tenía la insolencia de secuestrar un cadáver para deshonrar al enemigo.
Reconozco que yo no era brillante a la hora de entender muchas cuestiones
políticas y que mis mayores influencias nacieron desde mi familia y mi entorno
de amistades, pero íntimamente empezaba a sentir un halo de injusticia y
fanatismo sectario que excedía a cualquier bandería. Ahora distingo que no me
daba cuenta cabalmente qué era todo lo que estaba pasando y, sobre todo, lo que
se venía. La cuestión también me afectaba personalmente. Papá, incluso, que había
decidido alejarse y luego daba marcha atrás, ya por entonces se perfilaba como
candidato a ocupar cargos superiores a los que había accedido. Entonces
continuaba adelante con su lucha y su carrera, dejando en segundo plano, como
siempre lo había hecho, a toda la familia y hasta las cuestiones laborales en
la inmobiliaria. Su dedicación plena hacia a la política lo llevó a posponer
obligaciones hogareñas. Y si bien su carrera me hacía sentir orgulloso porque
me resultaba provechosa en varios aspectos, con el tiempo esa perseverancia se
fue transformando en antipatía y resentimiento hacia él, hacia el partido
radical, hacia la política. Hasta que llegó el momento en que empezó a chuparme
un huevo cualquier tema relacionado con la política. Durante un buen tiempo lo
sentí de esa manera. Fue por aquella época en que me dediqué firmemente al
trabajo, a seguir estudiando inglés, a leer mucha literatura y a retomar mis
inquietudes como escritor, que venía ensayando relajadamente desde mi llegada a
La Plata. La frutilla del postre fue Lola, a quien conocí por aquellos días, y
con quien terminaría casándome unos años más tarde.
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(XVIII)
Para: Hugo Cavalcanti
Palacios
Academia
de Idiomas Gref
Calle
Santa Engracia 62 4°
Madrid
– España
De: Alan Rogerson
I Bradgate Street
Ashton –II-Lyne
Tameside - Manchester
1st December 1983
Hola amigo:
Gracias por tu carta, la recibí hace dos
días. Tardo dos días en escribirte porque acabo de encontrar la letra de la
canción “Maybe it’s because I’m a londoner”. Todavía no he encontrado la de la
canción “Roll out the barrel”.
Al recibir tu carta fui a la biblioteca y la
encontré. El bibliotecario me dijo que alguien se había llevado el libro que
contenía la letra de la otra canción, así que en cuanto devuelvan el libro te
la mandaré.
En cuanto a la cinta que me pediste, la
buscaré este fin de semana, cuando tenga más tiempo. No creo que la tengan en
Ashton, por lo que iré al centro Downtown.
Por las cartas que he recibido, te noto
triste y melancólico. ¿Qué pasa? Estoy seguro que los problemas en tu tierra se
resolverán y un día podrás volver, marcharte de España sin problemas
financieros.
No estoy al tanto de la política de tu país,
pero me parece que si ha ganado el partido de tu padre, ha perdido el partido
de la clase obrera, dado que en realidad no hay partidos de izquierdas allá, y
la izquierda y su liderazgo, efectivamente, fue aplastado durante la “guerra
sucia”. Me compensa que ese resultado te vaya a facilitar la cosa y te lo digo
con total sinceridad. Alégrate, amigo; me entristece que estés pensando en
volver. Ya sé que debes pensar en el futuro y en lo que quieres obtener en esta
vida, pero desde un punto de vista egoísta no quiero que vuelvas. Pues si te
regresas, no nos volveremos a ver más. Y yo te quiero ver porque eres uno de
los mejores amigos que he tenido. Sé que he sido muy afortunado, porque amigos
como tú ‘don’t grown on trees’, como decimos aquí.
Aquí, sin novedades. Sigo buscando trabajo,
sigo cobrando el subsidio de paro. No pagan demasiado, una mierda me dan, pero
estoy contento de estar con mi familia. ¡No confundas! No estoy contento de
estar en Inglaterra, ¡qué va!, me quiero marchar de aquí. Es la hostia…
La semana pasada mi hermana Lynda y yo
fuimos al pub, nos cogimos una tajada y acabamos por discutir. La cosa no ha
cambiado tanto. Mi hermana está interesada por la Segunda Guerra Mundial y
compró un video llamado “Tren especial para Hitler”. Pensamos que era
una película sobre guerra, pero ¡qué sorpresa!, era una película pornográfica…
Una pandilla de chicas follando, chupando pollas, lamiendo coños, etc, etc. Yo
estaba sentado, en silencio, con la polla tiesa, riéndome. A mi hermana no le
gustó nada. Fingí no haberme interesado por la peli. De hecho, le dije a mi
madre ‘fue la peor película que he visto en mi vida’. Cuando las dos se
acostaron volví a mirarla. En total la he visto unas cuatro veces. Mi madre se
lo contó a mi cuñado. Él se la llevó y también la vio… Antes yo estaba en
contra de la guerra, ahora me digo que no es mala cosa. He escrito al primer
ministro alemán, ofreciéndome como militar…
Sigo aprendiendo portugués y pienso que me
defiendo bastante. El problema es que ya no estudio castellano y me parece que
se nota mucho. Saqué de la biblioteca el libro “La noche en que mataron a
Sánchez Sotelo”; trata de acontecimientos de la guerra civil. Es muy
interesante y aunque hay palabras que no conozco, el libro no me hace tanto
lío.
No escribo a Pepé desde hace bastante
tiempo. Dile que sigo pensando en él. Dale mis recuerdos. Intentaré mandarle
algún dinero cuando pueda, se ha portado muy bien conmigo.
¿Quién
es ese tío Sardy? ¿Es un buen chaval o un cabrón? ¿Se cree repipi? ¿Habla bien
el inglés? ¿Habla el inglés de un libro o el de la BBC? Como alguna vez te
dije, poca gente habla así, y si hablara conmigo o con gente de la región,
sabría muy de prisa que este inglés que tantos admiran e intentan imitar no le
serviría para nada. Fíjate, a Danny le costó trabajo entender a mi madre, y a
mi madre le costó entender a Danny, así que ya ves: lo que se aprende en la
escuela y lo que se habla en la calle son dos cosas muy distintas. El mismo
rollo debe ser en España, en Francia, en Alemania, dondequiera que sea.
Pobre Vinicio, lo siento por él, no es mala
persona pero sí es un plomo. A mí a veces me caía bien. Cuéntame sobre la
celebración que vais a tener en casa de Mme. Chardy y si sacan fotos, enviáme alguna.
Di a Josefina que le escribiré esta semana. Manda recuerdos a todos.
Te iba a mandar esta carta el viernes pero
el sábado, como lo prometí, fui a comprar la cinta. No la tenían, me
aconsejaron ir al centro. Allí ni la conocían y además sin el nombre del
cantante es mil veces más difícil localizarla. Luego intentaré otra vez. Si
conoces la cinta dame más información para poder encontrarla.
Este fin de semana salí y ¡joder, me cogí
tres pedos gordos! Ayer tenía una resaca que ni veas, tío. Esta tarde (martes)
iremos a cenar con toda la familia a casa de mi cuñado. Yo no quería ir,
prefiero quedarme en casa. Mi madre se empeñó en que yo fuera porque dice que a
lo mejor el año que viene no estaré… Lleva razón.
Mi amigo Gary me dejó una película súper
pornográfica. Era fenomenal. Entradas por la boca, por la puerta de atrás,
mamadas, pajas, todo tipo de pornografía. Me gustó mucho.
Anoche vi un programa sobre la guerra de
Malvinas, desde el punto de vista argentino. La película fue realizada por
argentinos y relata los hechos como se dieron, no como los interpretó el puto
gobierno británico. Además, fue realizada por gente trabajadora y no por el
gobierno, así que lo que vimos fue una interpretación libre de maquinaciones
gubernamentales. Me gustó mucho.
Mañana por la tarde voy al partido de fútbol
Manchester United – Oxford. Es la revancha del partido de copa. En el primero,
jugado en Oxford, empatamos.
Tal vez vea a Rob y Jan en Navidad. Se casan
pronto. Si sacamos fotos te enviaré alguna.
Escríbeme pronto y te doy un abrazo muy
fuerte, mi mejor amigo. Una cosa más: ALEGRATE, ¿vale?
Muchos cariños
Alan
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