La actividad se desarrolló el viernes 18 en el centro cultural Naranja Lima y contó con la presencia del editor Federico Riveiro, de escritores, familiares y allegados de la autora.
En este marco, una de las anfitrionas, Celina Felice, celebró la
aparición de un nuevo libro de Sofía y la posibilidad de presentarlo en su
espacio y en su ciudad, en tanto Beatriz Monferrer, también titular del centro
cultural, compartió una lectura de la obra.
También se exhibió un cuadro alusivo a la novela, especialmente creado por la escritora y artista plástica Mercedes Aguirre.
Tras las palabras de agradecimiento de la autora y del editor, la cantante Mabel Vera y el guitarrista Santiago Giacinto interpretaron “Melodía de arrabal” y “Por una cabeza”, ambos tangos vinculados con la trama de la novela.
“Mil veces la vida” es la décima publicación de Nido de Vacas, quinto volumen de la colección Cicatrices de narrativa, que se encuentra a la venta en librerías de Rojas, Junín, Chacabuco, Pergamino, Salto, Arrecifes, Rosario y CABA. También por Mercado Libre con envíos a todo el país.
Opiniones sobre la obra
Compartimos
el comentario sobre la novela que escribió y leyó Beatriz Monferrer en la presentación
del libro, y la reseña del escritor Juan José Oppizzi, autor de “La salida”
(Nido de vacas, 2019) entre otras obras.
***
“Este
libro, muy original, nos trae algunos aspectos no muy abordados en nuestras
letras, sobre la Argentina de los años 30: el puerto, los conventillos, los
malandras, los compadritos, los cabarets, los inmigrantes, las pequeñas
ciudades surgentes en la pampa bonaerense, el lujo fascinante de las
residencias porteñas de la avenidas Alvear y Figueroa Alcorta, la asfixiante y
sangrienta realidad de la cárcel del fin del mundo.
Todo
esto convive en MIL VECES LA VIDA a través del hilo conductor de una vida; la
vida de un muchacho que se mueve siguiendo la antorcha de un amor ideal y al
ritmo incomparable del 2x4 de nuestro tango, que se le enquistó en el alma.
Fluctúa
sobre la música evocada la inolvidable figura del ídolo de este ritmo
rioplatense que tanto amó el pueblo y que sedujo a otros mundos allende los
mares: Carlos Gardel, Carlitos para sus admiradores del Abasto.
Una
historia basada en realidades, en sentimientos profundos, en un empecinamiento
heroico del alma, en una resiliencia difícil de admitir pero, sin dudas, posible.
Un libro que nos arrebatarán de las manos las academias de Tango que se
extienden por Europa, para entender un poco más cómo nació, cuál fue la
idiosincrasia del pueblo que alumbró esta música y estas letras, nacidas para
ser míticas.”
Beatriz
Monferrer
***
El epígrafe de Hermann Hesse que sirve de pórtico a esta novela define con tres conceptos complementarios el fenómeno de la vida; el último dice: “el esbozo de un sendero”. Y el sorprendente recorrido que hace Ulises López o Ulysse D’Hollbach, el personaje principal, confirma a través del argumento la veracidad de lo expresado allí. Pero María Elena Sofía apela al recurso del “esbozo” desde una posición absolutamente clara. En forma deliberada le alcanza al lector trazos incompletos, para ir armando una historia cuya nitidez golpea a través de elementos que surgen aquí y allá. Los tiempos de la narración se manejan en diversos escenarios. El trasfondo es siempre el mismo: el tango y una obsesión de amor. Tal vez se podría sintetizar el contenido de esta curiosa obra afirmando que es el porqué y el cómo Ulises López se transforma en Ulysse D’Hollbach; sin embargo, caeríamos en la injusticia que conlleva toda síntesis al dejar afuera los detalles, verdaderas piezas ineludibles en el desarrollo de un género como la novela. Además, “Mil veces la vida” no es solo aquella mutación y no es solo el mero seguimiento de las peripecias de un personaje; tiene un universo propio, formado por una enorme cantidad de factores. Su reconstrucción de épocas y de ambientes marcha por el delicado equilibrio del lenguaje. Es difícil transitar la variedad expresiva de ámbitos tan disímiles como una cárcel de Ushuaia, la pampa y la Buenos Aires y la París de los años treinta. María Elena Sofía atraviesa la dificultad mediante una prosa muy cuidada, plena de figuras de pensamiento –raras avis en muchas prosas actuales–, de metáforas delicadas, de imágenes sugerentes. Por otra parte, brilla su labor previa de investigación, que la hace trazar con firmeza los pasajes siempre riesgosos de la pintura histórica.
Debo
confesar que en mi comentario pesa la emoción, porque vengo de un hogar
tanguero. Desde que nací (mi padre era bandoneonista), esa música rioplatense
fue la que rondó mis años. ¿Cómo no sentir profundamente las referencias que
María Elena Sofía hace de las letras, de las orquestas y de los cantantes? ¿Cómo
no gozar de los fragmentos poéticos de los autores que le dieron su talento al
género? ¿Cómo no conmoverme ante la omnipresencia de aquella voz que cautivó
nada menos que a Enrico Caruso: Carlos Gardel?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario