CAPITULO
14
El
viejo había tomado envión con su relato. A medida que hablaba iba buscando más
y más recortes de diarios de la valija que habíamos ubicado encima de la cama.
Algunos apenas los ojeaba y me los alcanzaba para que yo los leyera, como para
que corroborara su versión de la historia. En otros cotejaba datos con mayor
precisión.
Me
pidió otro cigarrillo y continuó.
-Todos
estos problemas comenzaron a reflejar la disconformidad de distintos sectores
de la ciudad con el Comisionado, que coincidían con la conflictiva situación
nacional. A pesar de las críticas de la oposición, en las elecciones
municipales triunfó nuevamente el peronismo, resultando elegido para el cargo
de intendente el Dr. José Antonio Cavallo. Asumió el 1 de mayo del 55, cuando
yo ya estaba haciendo el servicio militar en Azul. Fue una época muy jodida
para estar dentro de los cuarteles.
Sin
dejar de hablar, el viejo hurgó entre los papeles y encontró algunas
fotografías de la época de la conscripción. En una de ellas se apreciaba a un
joven Lolei uniformado y en posición de firmes en un mástil, junto a otro
soldado, con la bandera nacional flameante. En el dorso de la imagen, se leía
la fecha: 25 de mayo de 1955.
-Los
levantamientos militares que se iniciaron en junio del 55 en contra del
gobierno nacional también amenazaron la estabilidad del municipio. Pasó lo del
bombardeo en Plaza de Mayo, que nosotros seguimos a través de la radio. En Mar
del Plata, desde la Intendencia, mediante altavoces, llamaban al pueblo a
reunirse en la plaza San Martín y permanecer allí hasta que Perón desistiera de
su propósito de renunciar al cargo. Alrededor de 500 obreros liderados por la
CGT local, viajaron a Buenos Aires para hacer lo propio en la plaza de Mayo.
Cuentan que los comerciantes cerraron sus puertas y las amas de casa se
agolparon frente a los negocios, temerosas ante posibles saqueos. El general
Lucero, del bando golpista, ordenó a las guarniciones de Tandil, Azul y Mar del
Plata que avanzaran sobre la base naval de esta última ciudad y se apoderaran
de ella. Muchos de mis compañeros se movilizaron, pero yo quedé acuartelado.
También la compañía Nº 7 de infantería de la marina sublevada se dirigió hacia
el aeropuerto de Camet para embarcarse en dos aviones que los trasladarían a
Buenos Aires. Cerca del aeropuerto observaron que las instalaciones estaban
custodiadas por efectivos del ejército con el objetivo de impedir que se
acercasen. Se intentó persuadir a los oficiales del ejército que estaban a
cargo de la defensa del lugar, y ante la negativa de éstos, se dispusieron para
iniciar un combate que no llegó a desatarse debido a la noticia del fracaso del
golpe en la Capital.
En
septiembre llegó el derrocamiento del gobierno peronista por un golpe de
estado. En Mar del Plata, los cañones de los buques de la Marina despertaron a
la ciudad. Se vivieron momentos de mucha tensión y gran confusión. Las
autoridades municipales que se hallaban dentro del edificio Municipal fueron
depuestas. En reemplazo del Intendente asumió provisoriamente el capitán de
corbeta Juan Bizet. Por la radio LU9, se transmitió un comunicado del Comando
Revolucionario Militar, llamando a la población a la calma.
Una
multitud de antiperonistas ganó las calles para celebrar la caída del general.
Se produjeron allanamientos en los locales peronistas y en los gremios. Se
secuestraron armas, se quemaron muebles, se destruyeron cuadros de Perón y de Evita.
Frente a un edificio de policía, que ya estaba abandonado, los manifestantes
acrecieron sus gritos. Cuando se enteraron que adentro estaba detenido el
dirigente radical Giordano Echegoyen, rompieron una ventana, ingresaron a la
sala de guardia y lo liberaron, junto a otros presos. Sacaron cuadros de Perón
y Eva y los destrozaron. También quemaron papeles y libros pertenecientes a la
dependencia. Después fueron a la CGT, de donde retiraron muebles para
incendiarlos. Lo mismo en el Centro de Empleados de Comercio y varias unidades
básicas. También se hizo un acto de repudio frente al diario La Mañana.
En su recorrido, pasaron por el diario El Trabajo, el órgano de prensa
del partido socialista, donde con arengas, reconocieron la labor del periódico
como baluarte del antiperonismo local. Luego tomaron las sedes de Radio
Atlántica y radio Mar del Plata, donde, ya acompañados por
autoridades militares golpistas, restablecieron la comunicación que había sido
cortada días antes. Ya bajo la dirección del “Comando Revolucionario”, la onda
local salió al aire emitiendo un comunicado en el cual se informaba a
funcionarios y agentes policiales, que a la mayor brevedad debían presentarse
en las seccionales respectivas. Y agregaba que la presencia de los elementos
policiales en las comisarías locales sería de importancia, por lo que debían
concurrir de inmediato. En otro comunicado se llamó a la calma y la
tranquilidad, ya que “las fuerzas de la Libertad dominan la situación”. Por
último se convocó a los comerciantes a que abrieran sus puertas para permitir
el normal abastecimiento de la población; y a los vecinos que se habían alejado
de sus hogares por temor a posibles bombardeos, que podían regresar sin riesgo
alguno.
El
comunicado terminó con un “¡Viva la libertad!, ¡Viva la Patria!”.
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(XIV)
Para: Hugo Cavalcanti
Palacios
Academia
de Idiomas Gref
Calle
Santa Engracia 62 4°
Madrid
– España
De: Alan Rogerson
61 Adams Gardens Est.
Rottherhithe
London – England
1
October 1983
Querido
amigo:
Espero
que te encuentres bien; yo estoy bien. Sigo buscando trabajo. Hasta ahora no he
conseguido ninguna oferta, ninguna entrevista. Pero no me daré por vencido.
Debería tener un piso pronto, y si no recibo nada, me voy a marchar en Navidad.
Voy a volver a Madrid, no me quedaré en invierno aquí. Vamos a ver lo que pasa.
Espero que me salga algo. He escrito cartas a la princesa Carolina de Mónaco,
ofreciéndole mi polla por su pasta. Hasta ahora, ninguna respuesta.
No
pienses que estoy chungo. Al contrario, la estoy pasando bien. Ayer viernes
salí con Danny. Fuimos a otro barrio y ¡joder, tío, nos cogimos una borrachera
que ni veas! Y sabes, no discutimos ni nada. Fue un milagro. No me acuerdo
mucho, salvo que estuve tumbado en el césped. Nosotros nos sentábamos en un
banco a beber coñac. Danny y yo bebemos sidra, ‘the poors man´s drink’, le
llamamos aquí. Y nos emborrachamos.
Me
dijiste que Eva me vio tumbado en la calle. Pues sí, era verdad. Fui a la
manifestación acompañado de tres litros de vino. Yo tenía la impresión de que
Eva no se dio cuenta que estaba pedo. Pídele que me mande una foto de su cuerpo
desnudo y yo le mandaré una de mis pelotas.
He
mandado una tarjeta a Pepé. Voy a escribirle una carta más tarde, pues me
equivoqué y puse Pepé López en vez de su nombre.
Cuando
me escribes de Malasaña, del barrio, de la gente que conocía, me pongo
amorriñado y tengo ganas de volver y de meterme otra vez en esa vida de risas y
de tajadas y de discusiones tontas y de amistad. Como te he dicho ya, si nada
me sale, en Navidad o en enero, volveré.
Te
echo de menos y te aseguro que nos volveremos a ver, por supuesto con un coñac
en la mano, acordándonos de los buenos tiempos que hemos tenido juntos.
Yo
por la tarde estudio. Me he matriculado en un colegio, hago un curso superior
de español y mi profe es de Buenos Aires. Le hablé de tu padre y me dijo que el
nombre no le sonaba nada. Lo raro es que el nombre Cavalcanti es un nombre radical…
Además tomo clases de portugués. Cuando nos vayamos a Portugal y nos echen,
sabré decirles: “idos a tomar por el culo, sois unos hijos de la gran puta
abstemia”, en portugués, ¿te parece?
Bueno
Hugo, da mis recuerdos a todos, a Josefina, a Mme. Chardy, di a Pepé que voy a
escribirle pronto y que no te dé más copas. No te olvides de la foto de Eva.
Un
abrazo fuerte
Alan
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